Las “narco series” y la obsesión que México tiene con ellas

En los últimos años las “narco series” han ganado popularidad en nuestro país, pero ¿a qué se debe este fenómeno?

No es ningún secreto que parte fundamental de la cultura popular mexicana es la televisión, pues desde su creación, este artefacto y posterior medio de comunicación masiva, se ha encargado de educar sentimentalmente a toda persona que consuma productos audiovisuales.

Desde la primer telenovela hecha y realizada en México, hasta su auge mundial en la década de los 80’s, estas historias se han encargado de categorizar y representar una sola visión de lo que México es, y el problema no es ese, sino que estos contenidos llegan a otras partes del mundo y los televidentes internacionales asumen que en nuestro país la tradición es sufrir para después ser feliz.

Hace dos o tres décadas hubiera sido imposible que contenidos como las “narco series” llegarán de manera masiva a la televisión. Por supuesto que la alusión al mundo del crimen siempre ha estado presente, no por nada los corridos han estado presentes desde la Revolución Mexicana.

Sin embargo, los corridos desde sus inicios y hasta hace algunos años, se han caracterizado por contar eventos relacionados al crimen desde una literalidad metafórica que hace que pasen como imperceptibles entre quienes los escuchan.

No fue hasta hace algunos años que el mercado estadounidense vio la oportunidad perfecta de capitalizar la “cultura mexicana” desde la visión criminal. Como ya mencionamos, las telenovelas ya son parte de la cultura e identidad latinoamericana, sin embargo, con los eventos migratorios masivos la producción y visualización de telenovelas aumentó.

No es un secreto que los eventos migratorios se dan porque uno de los principales factores, por los cuales las personas deciden abandonar su país es por la creciente falta de oportunidades, la inseguridad y la violencia; muchas veces depositada en el narcotráfico.

México y Colombia son los ejemplos perfectos de esta forma de vida, pues ambos países llevan décadas luchando con las guerras internas que el narcotráfico causa y que en un inicio fueron retratadas como lo que son: hechos violentos que afectan la vida de muchas personas.

Colombia fue el primer país en llevar a la ficción la cultura del narcotráfico con la novela “Sin tetas no hay paraíso” (2006), historia que retrata a un grupo de adolescentes que se adentran al mundo de la prostitución y el narcotráfico como medio para mejorar sus vidas. Esta telenovela representó un antes y un después, ya que fue el primer producto en representar este mundo y sus consecuencias.

Dos años más tarde, la cadena hispana Telemundo estrenó su adaptación de esta novela, que aunque seguía la misma historia, fue recibida de manera diferente, pues el reparto tenía actores ya consolidados en el mundo de las telenovelas lo que causó que el público se interesara más.

Un factor importante de la gran relevancia que esta telenovela tuvo, radicó en que el proyecto fue hecho por la cadena Telemundo, canal de televisión de paga que se transmite a lo largo de Estados Unidos y parte de Latinoamérica.

A pesar de que “Sin tetas/senos no hay paraíso” resultó un éxito, la “narco serie” que hizo a los televidentes empatizar y justificar la violencia de este mundo, fue la adaptación de la novela “La reina del Sur” del escritor español Arturo Pérez-Reverte. Esta novela narra la vida y las circunstancias que llevaron a la narcotraficante Teresa Mendoza a ingresar a este mundo.

Esta historia empatizó fielmente con los televidentes, sobre todo aquellos que eran migrantes, pues Teresa Mendoza se ve obligada a abandonar su lugar de origen y a ingresar al mundo del narcotráfico, por lo que esta novela se cuenta desde la perspectiva de ella y de su vida, logrando identificar al personaje como un ser humano que sufre al igual que todos.

Sin embargo, la euforia por “La reina del Sur” creció cuando la actriz Kate del Castillo y el narcotraficante Joaquín Loera “El Chapo” Guzmán comenzaron a mantener comunicación a través de cartas, pues el jefe del cartel de Sinaloa había quedado encantando con la serie y con la actuación de Kate del Castillo.

Después de eso, el jefe del cartel de Sinaloa escapó una vez más de la cárcel y se reunió en secreto con los actores Kate del Castillo y Sean Penn para una entrevista privada, misma que fue vendida por el actor estadounidense.

Esta situación, una vez más desató una oleada de reacciones empáticas hacia este mundo, pues el jefe de uno de los cárteles más poderosos en el mundo se había tomado el tiempo de convivir con alguien fuera de su entorno; y además todo se había dado con cordialidad y respeto.

Además de este encuentro con una figura pública, fue que gracias a las redes sociales se dieron a conocer todas las buenas acciones que los grandes cárteles de la droga tenían con sus comunidades, pues no era sorpresa para nadie que los grandes narcotraficantes suelen apoyar económicamente y en especie a las comunidades de donde vienen, que suelen ser de bajos recursos.

Es entonces que todas estas características son finalmente condensadas en las “narco series” posteriores a “La reina del Sur”, pues los personajes son presentados como hombres y mujeres que sufrieron carencias y violencia en su infancia; y que ese camino los llevó a ingresar al mundo del narcotráfico.

Una vez que ingresan a este mundo se vuelven personas violentas y rodeadas de lujos que rara vez le perdonan la vida a sus enemigos pero que al mismo tiempo son sensibles, humanos y empáticos con aquellos que les tendieron la mano.

Además de mostrar esta dualidad, las “narco series” construyen al personaje principal como un héroe, cuya función y poder son más eficaces que los gobiernos y que los organismos de protección federal, realidad que no nos es ajena a todos aquellos que habitamos Latinoamérica, pues la impunidad e injusticia que impera en estos países se vive a diario.

Es de esta manera que como sociedad comenzamos a admirar a estas figuras, pues proveen lo que los gobiernos no hacen, además de que todo lo consiguen fácil y rápido, o al menos eso es lo que las narco series nos hacen creer como espectadores.

Actualmente la sociedad se divide en dos opiniones completamente polarizadas, pues están quienes creen que la “narco cultura”, representada a través de la música y la televisión no solo hace apología a la violencia que se vive a diario sino que crea un estilo de vida aspiracional del que las consecuencias no son claras.

Mientras del otro lado están aquellos que creen que solo es entretenimiento que no le hace daño a nadie, pues todo se queda en la ficción; y esta forma de pensamiento se refuerza cuando grandes servicios de entretenimiento como Netflix siguen produciendo series que retratan la vida criminal de estas personas.

Pues series como “Narcos” y “Narcos: México” no son solo vistas en Latinoamérica, sino que llegan a todo el mundo, fortaleciendo la idea de que la cultura en estos países está sentada en el crimen, narcotráfico y violencia.

Al final del día es decisión del televidente que consumir y que no, pues se debe tener en cuenta que a pesar de ser ficción hay vidas detrás de todo lo que se retrata que a veces no tomamos en cuenta.

Series y documentales que ofrecen una perspectiva diferente al mundo del narcotráfico

1. “Somos”

Esta es una serie original de Netflix escrita por James Schamus, Monika Revilla y Fernanda Melchor. Esta serie está basada en el artículo “Anatomía de una masacre” de la periodista Ginger Thompson, la cual narra la “Masacre de Allende”, ocurrida en el 2011 a manos del cartel de los Zetas.

A lo largo de los capítulos se cuenta la historia de las víctimas de este hecho, así como la implicación de la DEA en este evento. A pesar de ser una historia que involucra a un peligroso cártel mexicano, la historia nunca se centra en ellos sino en todas aquellas víctimas que perdieron la vida.

2. “La libertad del diablo”

Este documental está dirigido por Everardo González y narra los desgarradores efectos que la violencia en México tiene sobre aquellos que están inmersos en este mundo. Las entrevistas presentadas a lo largo de este documental fueron realizadas a víctimas y a victimarios del crimen organizado.

A lo largo del documental se protege la identidad de estas personas, lo cual hace que los relatos azoten de manera más más específica, pues dan la sensación de que estas historias pueden ser también nuestras.

3. “Narco Cultura”

Este documental dirigido por Saul Schwarz presenta y explica de manera clara, los orígenes de este nicho de la cultura popular latinoamericana. Se encarga de ahondar en las bases de su crecimiento y establecimiento, sobre todo, entre aquellos migrantes latinos en Estados Unidos.

Además, también presenta entrevistas con aquellos que han estado dentro de este mundo y ellos son quienes se encargan de explicar el fenómeno que aspiracional que el dinero, la violencia y las drogas representan para todos aquellos que son admiradores de este mundo.