El cine de terror siempre ha sido desde la mirada masculina, ¿qué pasa con las mujeres en este género?
La época de Halloween ya está aquí y las películas de terror no dejan de recomendarse para estar ad-hoc con la temática de la época, sin embargo, las películas que suelen entrar en estas largas listas de recomendaciones presentan historias desde una mirada masculina que apela a la sexualización y al sufrimiento de sus personajes femeninos.
Las mujeres dentro del cine de terror siempre han sido representadas en dos tipos, pues están aquellas que sufren de manera brutal y violenta a manos del asesino, monstruo o cualquier figura que represente el peligro; y del otro lado están aquellas que logran sobrevivir y empoderarse ante el enemigo, comúnmente identificadas como final girls.
Fue así que en los slashers de la década de los 70 nació la figura de la final girl, aquella chica que logra sobrevivir al peligro latente que la acechaba, sin embargo, su construcción está arraigada en la valía de la mujer basada en su virginidad y feminidad, pues la mayoría de las heroínas del cine de terror son mujeres estereotipadas en el constructo de la “chica buena” que es virgen.
A pesar de que el cine de terror actual está logrando desmitificar esta figura gracias a películas como “Midsommar” de Ari Aster o el reboot del clásico de Dario Argento “Suspiria”, dirigido por Luca Guadagnino, pues estas cintas comienzan a explorar la complejidad de la vida y de la psique humana desde la perspectiva de personajes femeninos, sin embargo, desde hace varios años ya había directoras que comenzaban a explorar esta nueva manera de hacer terror.
Es interesante el fenómeno que rodea al terror, pues es demasiado común que las mujeres sean el centro de la narración, pues en este género en específico se les permite mostrarse irracionales, emocionales e impulsivas; mientras que otros géneros se crítica que las mujeres tengan estas características.
En un artículo de 2016 hecho por la revista Rolling Stone, varias directoras del cine de terror actual se pronunciaron respecto a la nueva ola de creadoras en este género. Muchas de ellas coincidieron en que este género revisitado desde la perspectiva femenina aporta conceptos interesantes, pues el terror deja de ser el miedo a lo desconocido y usa lo sobrenatural como medio para contar una historia.
Es por eso que en esta ocasión nos centraremos en tres películas de terror dirigidas por mujeres que muestran una visión diferente e interesante de este género, pues muchas de estas directoras saben que el terror no está siempre en lo desconocido para el ojo humano, pues el terror en sí mismo se manifiesta de diversas maneras.
La mirada femenina del cine de terror
“A Girl Walks Home Alone at Night”, (Ana Lily Amirpour, 2014)
Ser mujer en una sociedad que constantemente te está diciendo que debes de cuidarte de tu entorno en vez de protegerte para que no te pase nada es difícil y se convierte en una tarea complicada cuando tienes que caminar sola en la noche.
El miedo que las mujeres alrededor del mundo sienten cuando tienen que caminar solas de noche es algo que solo entre nosotras se entiende, no quiere decir que cualquier otra persona pueda caminar segura de noche, sin embargo, la tasa de crímenes en contra de mujeres que suceden por las noches es alta y brutal, pues la violencia ejercida en contra de los cuerpos femeninos es algo inconcebible.
“A Girl Walks Home Alone at Night”, presenta a la figura del vampiro como una herramienta en la que convergen aspectos importantes y poco hablados de las sociedades humanas como la soledad y la alineación. Esta película se sitúa en una ciudad iraní ficticia llamada Bad City, la cual está llena de crimen, drogadicción y prostitución.
A pesar de que esta ciudad parece desesperanzadora e injusta, hay un peculiar personaje que parece tener las cosas bajo control. La vampiresa Girl, cuida la ciudad de noche, cuida a aquellas personas indefensas que no pueden protegerse. No lo hace de una manera heroica, pues es un monstruo pero este monstruo encarna fantasías de justicia que solo existen en lo más alejado de la mente humana.
“The Love Witch”, (Anna Biller, 2016)
Los tópicos comunes en el cine siempre han existido, sobre todo para calificar a los personajes femeninos que los cineastas presentan en sus películas. Es así que la figura de la femme fatale ha permeado la historia del cine, teniendo una de sus mayores representantes en la poco comprendida Marilyn Monroe.
Para la cineasta Ana Biller fue importante el reclamar y resignificar la figura de la femme fatale a través de su mirada, pues “The Love Witch” presenta a Elaine, una mujer que huye de una relación amorosa tormentosa donde el amor se acabó. Al mismo tiempo, Elaine se une a un grupo de hechicería donde aprende a usar la magia para conseguir el amor que tanto desea.
Elaine está enamorada del amor y quiere ser amada, así que pone todo su empeño para lograr este cometido, sin embargo, los hombres de su alrededor solo la utilizan para satisfacer sus deseos sexuales, por lo que la magia no funciona y terminan muriendo a causa de los hechizos de Elaine.
Es así que Elaine usa su cuerpo y su belleza para devorar hombres de la manera más inocente y erótica que conoce. Ella se convierte en un monstruo que no necesariamente se ve desagradable ni que tiene un origen deshumanizante. Elaine simplemente explota a su favor el deseo sexual que los hombres imprimen en ella.
“Prevenge”, (Alice Lowe, 2016)
Aun en pleno siglo XXI, la sociedad sigue vendiendo a la maternidad como la etapa en que las mujeres se realizan, pues dar vida a otro ser parece ser lo más mágico que las mujeres pueden experimentar. Las mujeres que han deseado ser madres pueden estar de acuerdo con esta visión de la maternidad, sin embargo, muchas de ellas callan los miedos e inseguridades que esta etapa les causa.
Ruth es una mujer embarazada que se convirtió de manera abrupta en madre soltera, pues su prometido y padre del bebé que lleva dentro fue asesinado. Evidentemente este episodio perturba la mente y el alma de Ruth. Constantemente le recuerda a la gente de su alrededor que no está teniendo duelo pues está ocupada gestando.
Para Ruth la responsabilidad de estar embarazada la coloca como alguien cuyo cuerpo solo es el medio o el instrumento que está cargando otra vida, pues su bebé parece estar en control de su vida y de su mente, cuando de repente comienza a ser la mente maestra detrás de una mujer embarazada que se convierte en una asesina serial.
Esta película explora de manera oscura y satírica, el lado realista y silenciado del embarazo, pues muchas mujeres dejan de ser ellas mismas y son descritas a partir de otra persona, mientras experimentan cambios físicos mentales y hormonales que solo les afecta a ellas pero que muchas veces no pueden comunicarlos por miedo a arruinar la idealización del embarazo.