“Blonde” y la figura de las mujeres en Hollywood

La película “Blonde” sigue dando de que hablar y ha puesto varios temas sobre la mesa

La nueva película del director y guionista Andrew Dominik, se ha convertido en objeto de críticas y opiniones, pues desde su estreno en el Festival de Cine de Venecia, los críticos especializados de cine se encargaron de levantar las expectativas diciendo que “Blonde” era de las mejores películas de este año, no solo por la maravillosa actuación de Ana de Armas, sino por el trabajo de dirección que Andew Dominik hizo.

Por otro lado está la fuerte crítica que el público ha hecho, pues las críticas en redes sociales no se han hecho esperar, ya que muchas de las personas que han visto “Blonde” creen que esta película es un retrato ficcionalizado de lo que realmente fue la vida de la gran estrella de Hollywood, Marilyn Monroe.

Empecemos por el principio, “Blonde” está basada en el libro mismo nombre y que fue publicado en el año 2000 por la autora estadounidense Joyce Carol Oates, quien desde un principio advierte que el contenido de su novela es ficción:

“El lector que desee conocer datos fidedignos de Marilyn Monroe no debería de buscarlos en “Blonde”, que no pretende ser un documento histórico”.

–Joyce Carol Oates.

Hoy en día, sobre todo muchas décadas después a la época en que vivió Marilyn Monroe, hay una gran cantidad de contenidos que exploran su vida, lo cual no está mal, pues ella como personaje histórico sigue siendo muy importante hasta nuestros días, sin embargo, el problema viene cuando todo lo que se dice de Marilyn Monroe es tomado como una verdad absoluta.

El cual es el caso con la película “Blonde”, pues desde que se anunció se promocionó como un auténtico retrato no solo de la vida de Marilyn Monroe como personaje mediático, sino que también pretendía abordar a Norma Jean Mortensen fuera de su lugar en la industria del espectáculo, lo cual es una falacia, pues la novela en que esta película se basa es ficción histórica.

A pesar de que en los créditos se anuncia que “Blonde” está basada en la novela de Joyce Carol Oates, tanto el director como los actores se han encargado de darle veracidad a la historia que esta película cuenta, defendiendo las violentas y tristes situaciones que se retratan bajo la excusa de que también lo triste de la vida debe ser representado.

Porque no es un secreto que la vida de Marilyn Monroe fue difícil, pues desde que era muy niña tuvo que vivir en hogares de acogida donde sufrió abusos y violencias de todo tipo, además de que sufría constantemente con su salud mental y con su imposibilidad de tener hijos debido a la endometriosis que la aquejaba.

Todos estos datos parecen ser irrelevantes cuando se retrata a Marilyn Monroe, pues su figura se construye en la base de la mujer que sigue siendo el símbolo sexual más cotizado aún en nuestros días. No cabe duda que su belleza deslumbraba a cualquiera, pero para Hollywood el valor de Marilyn Monroe sigue recayendo en su belleza y desfachatez sexual.

Para Andrew Dominik, director de “Blonde”, Marilyn Monroe no solo era esta figura sexual sino que también era una víctima de tiempo completo, pues no hay un solo momento a lo largo de esta película en la que la protagonista no atraviese por momentos de sufrimiento, desde un abuso sexual hasta un aborto que sirve como propaganda de derecha.

Aquí es cuando las críticas sobre “Blonde” recaen, pues Marilyn Monroe se convierte en una eterna víctima que vive a través de la ayuda masculina y que corresponde esta ayuda sirviendo como un ser que solo puede satisfacer. Esta perspectiva masculina se construye a través del “Madonna Whore-Complex”.

Este término fue acuñado por el psicoanalista Sigmund Freud, quien describió la dicotomía de pensamiento con la que los hombres analizan a las mujeres de su alrededor, pues para ellos solo existen dos tipos: La mujer pura y virginal con la que vale la pena casarse y formar una familia; y la mujer promiscua, pecadora y avergonzante que solo sirve para satisfacer deseos sexuales.

Es justamente aquí donde se sitúa “Blonde”, pues la Marilyn que presenta solo existe a través de la mirada masculina que la ve como una figura de uso y que sufre a causa de sus decisiones de vida, pues ¿cómo una mujer como Marilyn Monroe podría ser feliz?

Sin embargo esta visión está alejada completamente de la realidad, pues Marilyn Monroe fue una mujer sumamente inteligente y talentosa que no solo destacó por su belleza, sino por su calidad actoral y por el interés que tenía por el medio, pues recordemos que fundó su propia casa productora de cine.

Para la industria de cine en Hollywood solo existen dos maneras en que las mujeres son representadas: a través de su sexualidad y a través de su dolor; y “Blonde” decide explotar y llevar al límite estos dos aspectos, no solo exagerando la vida sexual de Marilyn Monroe sino fetichizando su dolor.

Esta película no es la primera que abusa de ese recurso; uno de los ejemplos más atroces de esto es la película del director Gaspar Noé, “Irreversible” que presenta una violenta y dolorosa escena de violación que dura más de 8 minutos. La escena no tiene algún propósito, pero ese dolor morboso es lo válido para la mirada masculina.

Al mundo del cine le interesa siempre juntar estos dos temas, pues parece que el dolor femenino solo es válido si se ve desde una mirada masculina, porque si se hace desde la mirada femenina, los sentimientos de las mujeres son inválidos y exagerados.

Bien lo decía la autora mexicana Tita Valencia en su novela “Minotauromaquia”: “Me pregunto que hace tan desdeñable el dolor femenino y tan trascendental el masculino. Que en el hombre pase por historia lo que en la mujer pasa por histeria”.

Esta frase resume la ola de películas biopics que se han estrenado en los últimos años, pues mientras personajes como Freddie Mercury, Elton John y Elvis Presley se les retrata como seres humanos fuera de su faceta de famosos que sufren de una manera real y válida, a las mujeres como Marilyn Monroe solo se les retrata como seres que existen a partir otros hombres.