Opinión: Mortal Kombat

Rodrigo Lara
Rodrigo Lara
Fundador y Director de Screen Fandome / Amante de las historias de crímenes y más si están basadas en una historia real

La primera cinta de Mortal Kombat vio la luz en el año de 1995. Y digamos que no tuvo la mejor recepción entre la crítica y la audiencia, ya que esta no fue la esperada, y tuvimos la clásica división entre las personas que amaron la cinta, y las personas que simplemente la detestaron, creo que esto se debe más bien que en esas fechas… (semanas antes) estrenaron Power Rangers, El juez Dredd y Batman Forever. Eso hacía que para ese entonces el público ya tuviera una ola masiva de adaptaciones que pecaron de infantiles.

Sin embargo con el pasar de los años, la cinta poco a poco fue mejorando su posición y logró convertirse en toda una película de culto para los amantes de los videojuegos. Esto es gracias a que la cinta de Paul W.S. Anderson había respetado totalmente el concepto visual de los primeros videojuegos y la mitología, algo que un año antes no cumplió la adaptación de Street Fighter. (Por poner un ejemplo)

Y es así como 16 años después (claro hubiesen sido 15 años, pero llego la pandemia a nuestras vidas y esto provocó varios retrasos en la cinta), pero bueno en esta ocasión la cinta llega de la mano de Warner Bros. Quiénes ahora son los dueños de la franquicia claro que esto con la subdivisión de Warner Games.

Algo que se la aplaude mucho a esta cinta, es que gracias a la inclusión de personajes nuevos, es que las personas ajenas a este videojuego podrán disfrutar de igual manera la película, esto es por que estos personajes serán los encargados de llevar a la audiencia de la mano a la hora de conocer a los héroes y villanos como Jax, Sonya Blade, Kano y naturalmente Sub-Zero. 

¿De que va la cinta?

En esta ocasión se nos presentará al luchador de artes marciales mixtas, Cole Young (Lewis Tan), quien nos da una en el cuadrilátero, es este mismo que de repente se encuentra con un personaje de otra dimensión que intenta acabar con él y con su familia: el frío y despiadado Sub-Zero (Joe Taslim). Este último fue enviado por órdenes de Emperador del mundo exteriorShang Tsung (Chin Han). Cole logra huir con la ayuda de Jax (Mehcad Brooks) quien lo envía a buscar a la comandante de las fuerzas especiales Sonya Balde (Jessica McNamee). Gracias a las indagaciones que Sonya y Jax han hecho se le expone a Cole que el mundo está en riesgo, esto se debe a que una legendaria lucha, que se está llevando cabo en ese momento. Esto sucede mientras que Tsung está intentando acabar con todos los valedores de la Tierra, quienes están marcados con una cicatriz en forma de dragón.

ColeJax y Sonya deciden buscar el templo de Lord Raiden (Tadanobu Asano), quién es un antiguo dios protector de la Tierra. Es ahí en donde se encuentran los experimentados luchadores Liu Kang (Ludi Lin), Kung Lao (Max Huang) y el legionario enmascarado Kano (Josh Lawson). Unidos tendrán que practicar día y noche para así poder llegar a desatar su arcano, este es un poder oculto que solo los elegidos tienen, el mismo que les servirá para enfrentarse en el torneo contra las huestes maléficas de Shang Tsung.

No obstante, el poder de los malosos parece indestructible. Cole y los elegidos tendrán que exponer su propia vida y lo más preciado, sus familias, todo esto se hace para poder hacer frente a las huestes del mal. Es así, como el destino del mundo se definirá mediante estos sangrientos combates mortales.

Algo gratificante que la película nos presenta, es el sangriento pero maravilloso mundo de Mortal Kombat: mismo que es un escenario sin humanidad y esto es gracias a un sinfín de luchas y peleas que evocan en la propia naturaleza del videojuego sin dejar a lado el aspecto mas importante: el cine de artes marciales. Es demasiado gratificante observar que quienes están detrás de la cinta de Mortal Kombat son profesionales y apasionados de este género, como es el sonado caso de Hiroyuki Sanada (Scorpion) y en especial Joe Taslim (Sub-Zero) quien gracias a The Raid se hizo de un renombre dentro del género mencionado.

El director Simon McQuoid logra presentarnos peleas perfectamente bien coreografiadas y montadas con momentos de gore sorprendentes, sobre todo cuando hay fatalities. Es en este sentido en el que la cinta cumple con su objetivo, estando a la par de una de las franquicias de peleas que siempre se distinguió por lo sangriento.

Pero es de lo poco que tiene de rescatable la cinta, ya que, la historia que trata de balancear y servir de “pretexto” para así poder llegar a justificar estas peleas es totalmente simple y derivativa, y es en donde la cinta peca mucho.

 Si bien no se necesita una historia demasiado compleja, los momentos en que no hay acción en la pantalla se vuelven lentos y aburridos, de esos momentos en los que se te olvida que estás viendo, sin dinamismo, y pocos interesantes. Las actuaciones son básicas y me atrevería a decir que son mediocres en muchos momentos claves de la cinta, parece que solo los tiene ahí por su talento en las artes marciales, y no por otra cosa, por que además de todo hacen sonar los diálogos ridículos, y al guion le falto mucho trabajo, como para de verdad sentir que están aprovechando esos momentos ajenos la acción, par justificar un momento, o una situación, pero ¡NO!. Y haber la verdad es que esto si llega a resultar algo decepcionante, por que la historia se llega a sentir demasiado infantil. Y por favor, no me digan que no había una mejor idea que ese plot “ridículo” de salvar el planeta esto mediante un torneo es de los más simple que se pueden plantear, siendo una película de acción.

Ahora otra cosa que me dio más coraje, que cuando me pegó en el dedo chiquito del pie con la pata de una silla, es que NO hay desarrollo de personajes, y si los ahí son muy pocos y casi nulos, esto a excepción de la historia de Scorpion que es con la que se inaugura la cinta y que que prometía un trabajo más adulto. Pero tristemente NO, esto por que termina por desmoronarse con la aparición de los demás personajes.

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