La industria del cine nos ha presentado a villanos sumamente icónicos, que no solamente se ganan el odio de los personajes en la pantalla grande, sino que, en la mayoría de los casos está tan bien logrado el desarrollo de los personajes, que inclusive hacen que el mismo publico los odie y los amé a la vez, tal es el caso de villanos como, Darth Vader, El Emperador Palpatine, Joker, Cruella Devil, Scar del Rey León entre muchos otros. Estos son algunos de los ejemplos de villanos que hemos odiado con toda nuestra alma, pero que, sin lugar a dudas, se han ganado todo nuestro respeto.
En la actualidad, hemos sido testigos de una romantización de villanos en la pantalla grande, tales como, asesinos seriales, secuestradores, genocidas etc. Pero, ¿De dónde viene la idea de querer empatizar con los villanos?
Todo esto viene desde la perspectiva, si bien cuando nos están contando una historia y los buenos quieren derrotar al villano, nosotros lo vemos desde la perspectiva de los héroes y claro que vamos a estar de su lado, si hay un villano que llega y hace estragos en la ciudad, los héroes irán y lo detendrán, pero esto es porque lo vemos desde la perspectiva de los héroes, realmente no sabemos cuál es la motivación o el ¿Por qué? De los villanos.
Es desde ese momento en el que la industria del cine empezó a que, nosotros como publico empatizáramos con el villano, ya que poco a poco nos fueron contando el ¿Por qué? De los villanos, nos cuentan su historia desde su propia perspectiva, sus origines, toda la desgracia que ellos han vivido, la gente que los rechazo o simplemente algún trauma o mala experiencia que hizo que ellos se convirtieran en lo denominado villano.
Un claro ejemplo en donde podemos ver las 2 caras de la moneda entre los superhéroes y el villano es en las 2 diferentes entregas de Justice League, en la Liga de la Justicia del 2017 al momento en que nosotros vemos la película, rápidamente identificamos al villano y sabemos que es Stepenwolf quien quiere dominar la tierra. ¿Cómo? O ¿Por qué? Simplemente por intuición y por qué así se nos presenta en la cinta. Tenemos a los superhéroes que son los buenos y del otro lado a Stepenwolf quien es el malo porque está causando estragos, en donde lo primordial es derrotar al villano para que este no se salga con la suya y así evitar una catástrofe.
Pero en La Liga de la Justicia de Zack Snyder, gracias a las escenas extendidas, se logró explorar mucho más a nuestro villano que no cambia y que sigue siendo Stepenwolf, quien ahora quiere recolectar las cajas madre y nos damos cuenta que en realidad él no juega el papel de un villano, él, lo único que quiere es redimirse con su jefe (en este caso Darkside) para que así, él pueda regresar a casa. Es aquí donde el público llega a sentir cierta empatía por el villano (puesto que lo único que está haciendo es su trabajo, para así lograr ser perdonado) cuando en la versión del 2017 lo único que veíamos era un villano al cual había que derrotar sin ningún trasfondo.
Ahora, hay que aclarar que a lo largo del tiempo el cine ha evolucionado, no solamente tecnológicamente, sino que la complejidad de las películas también.
Gracias a la crisis económica de 1929 el éxito de las películas de gánsteres, narraciones en las que personajes de rasgos morales ambiguos (o directamente, antagonistas y villanos) pasaron a ser el centro de atención de todo el público, pues la psicología iba un poco más allá de “el bueno” y “el malo”.
Los mafiosos cederían luego su espacio a los asesinos en serie, recuperando aquella extraña fascinación con la muerte que probablemente se remonte a los crímenes del legendario Jack el destripador. Un ser humano detestable y que hoy en día sigue siendo un ícono popular.
Es aquí también cuando se nos daba a entender que el villano debería tener ese aspecto “Horrible”, mismo que vimos varias veces plasmado en las películas de Disney, o en películas independientes, todo esto con el afán de identificar más rápido al antagonista.
Pero luego del arrollador éxito de Psicosis (1960), el asesino en serie recibiría un nuevo empujón. Norman Bates causó un auténtico terror entre los espectadores. No era un monstruo repugnante ni un extranjero en nuestras tierras. Bates era un tipo de apariencia normal, como tú y como yo. Alguien muy cercano al núcleo de lo familiar, de lo conocido.
Pero gracias al director Alfred Hitchcock y a su éxito con Psicosis (1960), el asesino en serie recibiría un nuevo empujón. Norman Bates causó un auténtico terror entre los espectadores. Ya que este no era un monstruo repugnante ni un extranjero en nuestras tierras. Bates era un tipo de apariencia normal. Alguien muy cercano al núcleo de lo familiar, de lo conocido.
Igual que Hitchcock, otros directores independientes como Stanley Kubrick y Martin Scorsese, prefirieron que los malvados se llevaran las riendas de sus argumentos y el protagonismo. De hecho, la idea de tener a villanos como protagonistas es una marca de autor en el cine de Scorsese. Travis Bickle de Taxi Driver es más un antihéroe, pero no podemos negar que los personajes principales de Casino, El Lobo de Wall Street y Goodfellas no son precisamente maliciosos.
En el terreno de la fantasía, el mismísimo Darth Vader es el hilo conductor de toda la franquicia de Star Wars. George Lucas explicó, en repetidas ocasiones, que toda su saga es fundamentalmente sobre Anakin y su progresión desde la inocencia, las fuerzas del bien, la caída hacia la oscuridad y su subsecuente redención en El retorno del Jedi, estos nuevos directores lograron llevar a los villanos hacia un paradójico lugar de simpatía. Inclusive en ciertas ocasiones ellos mismos no siempre eran castigados o condenados al final.
Con el pasar de los años nos seguimos enamorando de villanos como protagonistas porque, muchas veces, resultan más compuestos que los héroes. El villano ya no solamente es el típico antagonista, oponiéndose a los objetivos del héroe, sino ahora es un personaje cuya complejidad psicológica lo hace atractivo y hasta noble a ojos del gran público.
Ya lo experimentamos con el Joker (2019) donde a pesar de ser un enfermo mental, todo lo que vivió y como lo trató la sociedad, hizo que el público se identificará más con el personaje, a consecuencia de esto que empatice, también recientemente lo vimos con Cruella (2021) el trasfondo de los personajes es exquisito para la audiencia, porque a pesar de que no se la pasan haciendo algo heroico, al final se salen con la suya, y sí, es verdad.
Los villanos están de moda. Pero siendo honestos estos se lo han ganado, porque ofrecen personalidades narrativamente más ricas, lo único que esperamos que no suceda, es que sobre exploten este terreno, como ya es de costumbre para los estudios Hollywood, la línea entre el bien y el mal hace tiempo que comenzó a diluirse, los protagonistas abandonaron el terreno de lo moralmente correcto: antihéroes y villanos ahora se rigen como los grandes favoritos del público.
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